Gilbertástico: "Cada melodía puede ser enigmática o juguetona y yo he tenido la oportunidad de ser esas cosas según me haya apetecido"

Gilbertástico. Foto: Juan Terol

Una tarde fría y con la humedad típica de estos lares colándose por los pies. He quedado con Gilberto Auban para tomar una caña en un bar del barrio, famoso por preparar un Arroz del Senyoret en apenas quince minutos. Gilberto es Gilbertástico, músico inclasificable, autor de tres espléndidos discos de pop libérrimo: 'Versalles' (Comboi records, 2011), 'Heil Gilber' (Hall of fame, 2012) y 'El que corre con los búfalos' (Hall of fame, 2014). Este último se erigió en uno de los favoritos de esta revista en 2014 y resulta la excusa perfecta para proponer un cara a cara con Gilberto y así poder desentrañar la magia de ese disco. Conversamos largo y tendido sobre sus canciones, el amor, Franco Battiato y la 'Música inframental' justo antes de que este "Euros Childs mediterráneo" cogiera su bicicleta y se marchara a otro rincón de la ciudad para seguir jugando con la música.

'El que corre con los búfalos' parece un disco más atrevido y heterodoxo que los anteriores, pruebas con el folk de cámara, algo de electrónica... ¿Qué idea llevabas? ¿Cómo fue la producción?

Partamos de la base de que yo no sé producir música. No tengo esos conocimientos y aun así intento hacerlo. Los tres discos que he publicado parten de grabar las maquetas en mi casa, sin tener esa idea concreta de producción, equivocándome, dándome cabezazos... para poder salvaguardar en la grabación definitiva las ideas que me surgen para cada canción. Aunque no sepa grabar técnicamente bien una mandolina, si que me gusta que aparezca una mandolina con reverberación por ahí. El concepto previo de cómo y cuándo aparecen tales instrumentos en las canciones siempre lo concibo en mi casa y luego lo defino en el estudio. [pull_quote_left]Realmente lo que disfruto como un niño en lo concerniente a la producción es el hecho de agarrar un juguete y destriparlo, algo así como coger a un He-Man y ponerle la cabeza de una Tortuga Ninja. Aunque al final siempre voy a definir el disco con un tercero en el estudio[/pull_quote_left]La diferencia con 'Heil Gilber', mi anterior disco, es que en este todas las maquetas previas se grabaron en mi casa y posteriormente se regrabaron completamente en el estudio y en 'El que corre con los búfalos', si que se conservaron algunas cosas que yo había hecho en mi casa, sobre todo la parte electrónica y varios de los arreglos. Así las canciones ya venían en gran parte determinadas en cuanto a estructura por todo ese trabajo previo. La decisión que tuve que tomar en este último disco fue qué canciones iba a seleccionar de las 20 que traía ya preparadas al estudio. De hecho, en un principio iba a ser un disco sólo de folk e iba a dejar fuera temas como 'Monta, toca, vete', 'Música para televisión autonómica' o 'Fantasmas en Navidad', ya que iban a formar parte de otra cosa diferente que iba a publicar después. Aún así decidí meterlas en el disco, aunque no ha salido tan variado como 'Heil Gilber'. Lo único que tenía claro desde el principio era el título del álbum. A la hora de editar el LP, el vinilo salió con dos canciones menos que la versión en CD (que también incluye un bonus track) siendo una experiencia distinta la escucha del disco en estos dos formatos. Realmente lo que disfruto como un niño en lo concerniente a la producción es el hecho de agarrar un juguete y destriparlo, algo así como coger a un He-Man y ponerle la cabeza de una Tortuga Ninja. Aunque al final siempre voy a definir el disco con un tercero en el estudio.

¿Cuánto tiempo dedicaste a trabajar estas canciones?

Eso no lo puedo saber a ciencia cierta, ya que empecé a escribir mucho material después de grabar 'Versalles', mi primer disco. Parte apareció en 'Heil Gilber', otra parte en el disco instrumental y el resto en 'El que corre con los búfalos'. Ahora es cuando puedo decir que parto casi de cero.

¿Qué te inspira para escribir?

Realmente no creo que se trate de inspiración. Se trata de captar algo, anotarlo y ahondar en ello durante un buen rato para ver qué sale. Pienso que es un buen método, ya que así salen cosas más trabajadas, arreglos más divertidos. Cuando escucho mis canciones me da la sensación de que aunque los estilos parezcan no tener ni pies ni cabeza, sí que tienen coherencia, ya que el cantante es el mismo y la línea para afrontar esos temas es similar. No me resulta tan incoherente como a veces me han dicho. Me parece más coherente que aquellos músicos que hacen folk, y que al disco siguiente hacen uno estilo Los Planetas, y en la siguiente grabación vuelven a hacer folk. Aunque tienen todo el derecho del mundo (ríe).

El disco es enigmático y juguetón desde la portada hasta los títulos de las canciones. ¿Es la impronta de Gilbertástico?

Efectivamente, creo que es el propio Gilbertástico el que marca como van a ser las canciones. Los temas de mi último disco son más sencillos que los de, por ejemplo, 'Versalles'. Lo que los hacen un poco más peculiares pueden ser las letras o los títulos de las canciones. En cada canción hay una propuesta determinada, es difícil que te equivoques de tema. Cada melodía por como esté tratada puede ser enigmática o juguetona y yo he tenido la oportunidad de ser esas cosas según me haya apetecido.

Lo de "follar con calcetines" ha tenido un gran impacto. ¿El humor es esencial en tu música?

Gilbertástico. Foto: Juan Terol
Gilbertástico. Foto: Juan Terol

Sí, obviamente. Esa es una canción que habla de algo baladí, sin importancia. En realidad le estoy cantando a defender cosas sin sentido, o que parecen muy tontas. A la música siempre la he visto como un buen vehículo para reírse de según que cosas y como este tema pueden haber mil. Las canciones de ese tipo son un poco como una gregueria, o fabulación, como por ejemplo la canción 'Disfraz de tigre' de Hidrogenesse que no tiene mucho sentido, pero al escucharla te lo pasas muy bien. Sobre temas tontos puedes hablar de forma tonta, pero no quita que puedas escribir de otras cosas de forma más profunda o con un sentido más claro.

También hay canciones de amor en el disco, como 'Hija de los árboles', y dramas familiares, por ejemplo 'Fantasmas en Navidad'. ¿Qué te inspira para escribir esos textos tan particulares?

Sí. 'Hija de los árboles' es una canción de amor sobre una persona que es peculiar, especial, no solo para mí, si no para todos los que le rodean. A esa persona le podría decir: "Qué guapa eres, que ojos tan bonitos tienes", algo que es cierto y que es muy bonito decir, pero en este caso me apetecía captar una esencia más personal. La intención con esta canción es que aparte de gustarme la letra, le llegara también a la persona a la que está dirigida.

¿Es un regalo?

Más que un regalo es un homenaje. No es la única canción que he hecho sobre esta persona, hay otras nuevas que todavía no están registradas en disco y que me parecen muy chulas. Para hacer una canción de amor como 'Hija de los árboles' tenía que utilizar las palabras que aparecen en ella y que intentan reflejar cómo una persona puede ser como un árbol, por diversos motivos: Hace sentir bien a las personas de su alrededor, allá donde va forma parte del entorno, es capaz de echar raíces, se llama igual que un tipo de árbol y tiene muchas cosas en común con la naturaleza.

[pull_quote_left]Cuando escucho mis canciones me da la sensación de que aunque los estilos parezcan no tener ni pies ni cabeza, sí que tienen coherencia, ya que el cantante es el mismo y la línea para afrontar esos temas es similar[/pull_quote_left]

¿Y 'Fantasmas en Navidad'? ¿Cómo la enfocaste?

Un miembro de mi familia falleció durante una Navidad y esta canción remite un poco a ello y a los fantasmas de la obra de Dickens. La compuse como un villancico para un disco solidario 'Unos pocos copos' (2012) y me gustó mucho como quedó. Decidí recuperarla para el disco ya que la música me gustaba mucho, y me apetecía conservar la letra en un álbum propio. Los fantasmas de la canción son espíritus que se presentan en Navidad para decirnos: "Te tengo mucha envidia porque tu sigues vivo y yo no, así que deja de hacer el tonto y aprovecha lo que te queda". En cierta manera es una forma de recordarme a mi mismo ese mensaje, mientras toco la canción para otras personas.

'Música inframental', donde han colaborado ilustres como Alberto Montero o Caballero Reynaldo, es un original proyecto de crowfunding. ¿Cómo decidiste llevarlo a cabo?

Es una idea que casi salió sola, cuando me mudé de casa hará un par de años y con una habitación solo para mí, empecé a componer casi sin motivo. Como no sabía que letra ponerle a esos temas, decidí hacer un disco instrumental. Estuve componiendo una canción por semana, y cuando tuve todas las canciones pensé en comercializarlas, de tal forma que con la compra de este disco el público obtenía gratis el siguiente. Algo así como dar, pedir, dar. Además, durante el tiempo que compuse 'Música Inframental' me lo pasé muy bien, casi siempre metido en el estudio. Aparte de Alberto Montero y Caballero Reynaldo, colaboraron en la grabación otras dos personas, Javi Hidalgo y Alain Duplá, a los que no conocía de nada y estuvo genial.

Gilbertástico. Foto: Juan Terol
Gilbertástico. Foto: Juan Terol

Alain desde aquella época es un colaborador nato. Fueron sesiones tremendas en casa, buceando en el inconsciente y yendo muy lejos con las canciones. De hecho, tengo en mente que 'Música inframental' sea un proyecto musical distinto a Gilbertástico y que las próximas canciones que aparezcan en este sentido sean grabadas bajo ese nombre. He estado hablando con algún músico como Miguel Ventura (Chesterton, Tórtel), aunque el proyecto aun está en ciernes y todavía por definir. Primero tengo que hacer el disco 'Inframental 2' y luego ya veremos.

¿Es cierto que tu mayor influencia es Franco Battiato?

Últimamente sí, una de las mayores. Lo llevo asimilando así a los bestia desde hace tres años. Su forma de entender el mundo y la música, la libertad que tiene para meter arreglos de casi cualquier cultura en unas canciones que han triunfado como hits atípicos, resulta muy ejemplar. Todavía no he escuchado toda su obra, y a medida que he ido conociendo sus discos, no me ha dejado de sorprender. Escuchas el disco 'Pollution' (Bla Bla, 1972) y suena tan moderno que es como si se hubiera grabado ahora mismo. Es una influencia que me alegra haber adoptado y es un honor que lo nombren a veces cuando se refieren a mi música.

¿Y Euros Childs?

También, y por partida doble. Por una parte, como cantante de Gorky's Zygotic Mynci, ya que siempre me gustó la música de este grupo. Ellos tenían dos cabezas pensantes, el propio Childs y Richard James, y entrelazando las canciones de sus discos, compuestas por cada uno de los dos, es difícil decirte cuales de ellas me gustan más. Aunque yo siempre me he sentido muy identificado con Euros Chids, ya que en solitario sacó cinco discos magníficos en los que probablemente el trabajo de producción no es tan brillante como con los Gorky's Zygotic Mynci, pero siempre tienen algo maravilloso. Tiene un álbum escrito totalmente en galés, 'Bore da', con esas melodías raras, hechas con un piano, donde engarza el delirio que tienen esas melodías para que al final resulte una canción pop que se pueda escuchar sin problemas.

[pull_quote_right]Me gusta mucho el tipo de música que hago, pero como también me gustan otros estilos y sobre todo los que son originales, me encanta probar cosas en proyectos ajenos... Solo estar con Gilbertástico no me acaba de llenar, no toda mi energía vale solo para mí, casi que me aburro de mí mismo[/pull_quote_right]

Te gusta mucho colaborar en proyectos ajenos y que otros aporten sus cosas a tus discos. ¿Es por puro placer o por necesidad de aprendizaje?

Como Gilbertástico cuento con el aporte de Antonio y Jorge de Dwomo, Exequiel,Gonzalez, Luis Alcober o Fernando Bonet y Fernando Polaino en labores de producción. Ellos aportan sus ideas e instrumentos al proyecto. Por mucho que yo me pueda imaginar un arreglo, el que lo toca es el que lo define. Por otro lado, me gusta mucho el tipo de música que hago, pero como también me gustan otros estilos y sobre todo los que son originales, me encanta probar cosas en proyectos ajenos. Por ejemplo, al tocar la guitarra eléctrica con Jordi Cassette o con Amatria, en su momento, algo que no suelo hacer de normal o mis aportaciones a lo largo de estos años en Dwomo, o Tórtel, casi siempre tocando el piano. Es algo muy enriquecedor. Solo estar con Gilbertástico no me acaba de llenar, no toda mi energía vale solo para mí, casi que me aburro de mí mismo. No me gustaría estar 24 horas pensando en mi proyecto personal, en la oficina de management, entre otras cosas. He tenido que aprender a colaborar con otros músicos porque siempre he sido muy frontman y eso de apartarme a un lado y pensar "este es un arreglo para que aquel tío cante y lo importante es que se escuche bien su voz", esa disciplina la he tenido que ir asimilando y es algo que me gusta mucho. Aprender a mantener un papel sin sobrepasarlo ni estar por debajo.

Eres como un renacentista del pop: músico, periodista, actor, concursante televisivo... ¿Qué nos puedes comentar de tus otras facetas? ¿Tienes pensado escribir un libro?

(ríe) De todas ellas ninguna es cierta. No soy actor.

Pero has actuado en obras de teatro, ¿no?

Sí, pero eso no me convierte en actor, además el papel era el de un tipo mudo (ríe). Músico tampoco lo soy de formación clásica, ya que tiro hacia lo salvaje... Y concursante televisivo, pues fui a Cifras y Letras a pasármelo bien. A veces siento como que había cuatro islas y yo caí en medio. Todavía no se muy bien que soy, estoy en un proceso de búsqueda.

Últimamente también estás tocando la guitarra con Jordi Cassette. ¿Algún otro proyecto en mente para 2015?  

Si, estoy colaborando en el regreso de Mist, el grupo de Rick Treffers. También quiero acabar el musical que llevo varios años preparando. Tengo apalabrado registrarlo en disco antes del verano, de la mano de Caballero Reynaldo, y hacia septiembre u octubre poder representarlo en teatros. Se trata de una adaptación musicada del original de la Sirenita de Hans Christian Andersen. Una especie de Jesucristo Superstar pero con la historia escrita por Andersen, todo tocado en piano por mí. Una especie de electro-vals al piano, muy años 70, y donde primará el mensaje sobre la locura sónica.