Rafa Cervera: "Somos muy injustos con nuestro legado cultural y tenemos muchos complejos"

Rafa Cervera.

Más de 30 años de experiencia acumula Rafa Cervera en el periodismo musical. Una profesión que empezó a desarrollar de forma pasional a principios de los años 80 con su fanzine 'Estricnina', nombre extraído de una canción de The Sonics ("Strychnine") pero cuya versión de The Cramps le inspiró en realidad -un título "corto, breve y contundente", según el propio periodista- cuyos tres números recupera a modo de facsímil en el libro 'Estricnina. Fanzine de ruidos y danzas (1982-1984)' (Efe Eme, 2014). En la siguiente entrevista rememora el desarrollo del fanzine, su relación con artistas como Alaska, Radio Futura o Derribos Arias, las entrevistas más difíciles, habla del papel actual del periodista musical, de los festivales nacionales y critica los ataques que reciben los grupos clasificados entre el indie y el mainstream.

¿Qué supone para ti recuperar tu primer fanzine y verlo publicado en un libro?

Supone una satisfacción porque es algo que nunca me esperé. Cuando lo hacía tenía 18 o 19 años y nunca pensé que pudiese trascender. De repente, Efe Eme me propuso hacer esto y no pensaba en que pudiese tener un interés ahora. Yo personalmente no soy muy de mirar al pasado. De hecho peco de eso. Ahora lo veo y me sorprendo, también cuando me hablan de él, porque hay cosas que no me acordaba.

¿Cómo hacías y distribuías los ejemplares?

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Portada del libro.

Era artesanal, como hacer un blog pero con material tangible. Ahora buscando en Google tienes todo. Aquí tenías que hacer una búsqueda física de las cosas. Primero había que coger imágenes arrancadas de revistas y periódicos. Luego mecanografiaba los textos y a continuación los fotocopiábamos para que cupieran las páginas. Era un "trabajo de chinos". A lo mejor entre número y número pasaban ocho meses. El 85% de los textos los escribía yo y la maquetación la realizaban Esteban Leivas, productor del grupo Glamour, con Fran Aldea. Llevábamos las planchas a una casa de fotocopias. A lo mejor hacíamos 100 o 200 ejemplares y los distribuíamos en tiendas de Valencia (Harmony, Discos Oldies...) y por el boca a boca la gente lo solicitaba. Jesús Ordovás habló del primer número en Radio 3 y entonces la gente pedía ejemplares.

¿De aquella época, que personas recuerdas que fueran relevantes en el desarrollo de 'Estricnina'?

Por un lado están las entrevistas a músicos españoles, los valencianos y sobre todo a los madrileños: Derribos Arias, Gabinete Caligari, Pedro Almodovar, Alaska, Ana Curra, Eduardo Benavente, Radio Futura... Cada entrevista era una historia en sí misma. Yo estaba empezando, no había estudiado periodismo, e iba con mi grabadora y mi cámara de fotos con muchas ganas y entonces les preguntaba. Iba al local de ensayo, al backstage cuando actuaban. En sí, cada entrevista era una anécdota porque para mí era algo que estaba empezando y había siempre una buena conexión aunque te hacían pasarlo mal. A veces entraban en su rueda irónica pero sin animo de ofender, costaba pillarles el paso. Recuerdo especialmente la de Radio Futura. Eran muy amables, fue en su local de ensayo en Madrid. Supongo que de ahí salió que Santiago Auserón me diera un relato que tenía escrito y lo publicamos en el número 3. También la entrevista con Carlos Berlanga porque se desfogó y dijo lo que pensaba todo lo que le había pasado con los Pegamoides. Acusó a Eduardo Benavente de haber conspirado para echarle del grupo. La de Derribos Arias, por ejemplo, fue delirante.

¿Cómo era Poch (cantante y guitarrista de Derribos Arias) en persona?

Un ser genial e incontrolable. Muy majo, pero vivía en su propia galaxia. Era imprevisible, te decía las cosas más locas. Era un personaje entrañable.

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Interior de un número del fanzine 'Estricnina'.

Tú relación con Alaska surgió también a través del fanzine.
Sí. A Alaska la entrevisté por primera vez en una discoteca de Llombai (Valencia) y luego, como me gustaba lo que hacía y la admiraba, a los Pegamoides y a Dinarama los tenía fritos porque los perseguía para entrevistarles. Creo que estaban hasta las narices de mí porque les entrevistaba más de la capacidad de difusión de lo que hacía. Entonces acumulaba material. También es verdad que me encargaron redactar un monográfico de los Pegamoides que nunca salió.

¿El fanzine fue tu catapulta para ser un periodista musical importante?

Sí, es mi inicio en la carrera. Gracias a 'Estricnina' la gente empezó a conocerme en Valencia y en otras ciudades. En Valencia empecé a escribir en un periódico que se llamaba 'Noticias al día' y también colaboré en una revista que tenía un suplemento cultural. Además, empecé a escribir en 'Rock Especial', la revista más importante que había en aquel momento junto a 'Popular Uno'. Los contactos que hacía, por ejemplo, entrevisté a Paloma Chamorro para un cuarto número del fanzine que nunca se llegó a publicar. Ella me llamó para hablar de Dinarama en el programa de televisión 'La Edad de Oro'. Cuando ella me entrevista, me llama Rafa 'Estricnina', porque me reconocían por ese mote.

[pull_quote_left]En sí, cada entrevista era una anécdota, porque para mí era algo que estaba empezando y había siempre una buena conexión aunque -los músicos- te hacían pasarlo mal. A veces entraban en su rueda irónica pero sin animo de ofender, costaba pillarles el paso[/pull_quote_left]

¿Cuál crees que es el papel en la actualidad del periodista musical?

Ahora estoy un poco confuso. En este momento de transición que se está haciendo muy largo no sé muy bien cual es el papel. Sé que para un determinado público, que tiene un tope de edad hacía abajo, los críticos musicales somos importantes de la misma forma que son los de cine o literatura, porque cumples una función de farolillo en la oscuridad. Haces que la atención se centre en algo en un mundo donde hay tantísima información. Te haces una idea, lo que pasa es que esa idea no me convence. Con la música, accedes a Spotify y escuchas un disco y ya lo has oído.

¿No es necesario un referente?

Claro, yo o quien sea puede decir misa. Anteriormente, antes de dar ese paso estaba el crítico, pero ahora la gente tiene una relación muy cercana y personal con la música. Sobre todo la más joven. Quizá los que tienen más de 30 años si que necesitan un referente para que les ayude a decantarse, sobre todo si tiene que gastarse dinero en el disco o en el concierto. Pero la gente más joven tengo la sensación de que lo que opine otra persona le da igual. Las opiniones circulan libremente. De los grupos más nuevos, lo que yo pueda decir les importa poco, porque eso mismo lo ha dicho otra persona más joven que les interesa más porque puede estar más conectado con ellos por la edad.

¿Entonces consideras que ya no va a existir ese tipo de figura periodística en la música?

No me atrevo a aventurar nada. Sigue habiendo marcas y nombres que pesan. 'Pitchfork' tiene mucho predicamento, 'New Musical Express', un álbum que sea el disco del mes en 'Mojo', con 'Rockdelux' lo hemos visto con las votaciones los mejores discos de los últimos 30 años.

Quizá sea para gente más abierta a recibir opiniones y leer críticas.

Formada de otra manera. Es decir, gente que necesita tener el disco, ya sea en CD o vinilo, le gusta leer o tiene problema en invertir unos euros para leer una publicación. Eso, en una época donde vienen todos los grupos del mundo a los festivales, que

Portada del número 1 del fanzine 'Estricnina'.
Portada del número 1 del fanzine 'Estricnina'.

son la gran juerga, toda la música está en Internet... Hay gente que el concepto del disco le da igual, lo que quiere es escuchar la canción y el resto del álbum le da igual. Entonces ha cambiado todo y eso inevitablemente influye en el modo en que la gente pueda relacionarse con la prensa musical y con la crítica. Creo que las revistas musicales en España son para una minoría, siempre lo han debido ser y ahora cada vez más. Es una pena porque me gustaría que fuese para una mayoría.

Tengo entendido que no te gusta ir a conciertos.

Esta especie de leyenda de que el directo es la verdad de la música no creo que sea eso. El directo es importantísimo, pero si un grupo no toca en directo no pasa nada. Hay gente que solo ha hecho discos en estudio, que ha salido a tocar y ha perdido las ganas, como Kate Bush. En la segunda gira que hizo no quiso volver a actuar y ha grabado discos fantásticos. Con XTC llegó un momento que Andy Partridge no quiso tocar más y sus álbumes son impresionantes. El directo me gusta en la medida que lo pueda disfrutar en condiciones, que se oiga bien, que pueda verlo y escucharlo. Cuando es un concierto rutinario en el fondo piensas: "estoy cansado y estaría mejor en mi casa". Por ejemplo, en Benicàssim estuve viendo a Paul Weller y me pareció estupendo. Lo que pasa es que lo vi de una manera que si lo hubiese visto en mi casa en DVD lo habría sido más cómodo porque el concierto era fantástico. Pero para no mezclarme con la masa humana, todos tirando vasos con líquido dentro que no sabes lo que es...

¿Consideras el directo una herramienta de promoción importante? 

No tiene que ser fundamental, pero es importante ahora porque es una fuente de ingresos vital porque los discos ya han dejado de serlo, dan un dinero mínimo. El disco es la excusa para salir a actuar. Es una de las partes del engranaje que mejor funciona a nivel comercial. Está muy bien que sigan habiendo. Si viene Patti Smith o John Cale iría a verlos. Me gustó ver a Robin Hitchcock en Loco Club y a Tindersticks en La Rambleta.

¿Qué opinas de la proyección de los festivales nacionales y la relación que hay entre la música y el tipo de ocio que ofrecen?

Me parece muy bien. Si la excusa para que se reúnan miles de jóvenes y lo pasen sea una serie de artistas en un cartel me parece mejor con respecto a que lo hagan para hacer botellón en una plaza y no escuchar. Hay un amor por la música potenciado por pasar unos días en la playa o en un camping. Tal y como están las cosas me parece un milagro que existan tantos festivales y sigan funcionando.

De los músicos que has entrevistado, ¿cuál ha sido el más complicado?

Madonna. Me dio la impresión de que no estaba haciendo su trabajo, estaba cansada y no tenía ganas de ocultarlo. Daba la sensación de que hablases de lo que hablases no le iba a parece bien ni le iba a poner demasiado interés. Fue muy complicado entrevistar a los hermanos Gallagher por separado cuando Oasis ya no existía porque ellos son muy complicados.

[pull_quote_right]Hay un amor por la música potenciado por pasar unos días en la playa o en un camping. Tal y como están las cosas me parece un milagro que existan tantos festivales y sigan funcionando[/pull_quote_right]Liam se pasa de borde, además por teléfono es muy difícil por los acentos, nunca se acaba de oír nada bien. Tampoco tengo muy claro que tenga muchas cosas que decir. Noel es más diplomático. A quien sí echo de menos es a Lou Reed. De todas formas, la promoción y la entrevista forma parte del negocio de la industria. Lo que no tiene sentido es que el artista castigue a quien le pregunta.

Lou Reed también era complicado. 

Muy difícil. Tenía sus motivos. Pero es de este tipo de personas, como Nick Cave, que no quieren que les entrevisten porque piensan que las entrevistas lo que hacen es desgraciar su trabajo. Nick Cave decía que las preguntas quitan todo el misterio y el encanto de lo que hace, y en cierto modo hay una parte que tiene razón, aunque no creo que sea así.

¿Y nacional?

A Albert Pla. No daba mucho juego. Aunque fue hace 15 años.

¿Hay algún músico que te gustaría entrevistar?

A Patti Smith. La he tenido muy próxima en una rueda de prensa en la Casa América de Madrid pero fui principalmente por verla de cerca. Luego la escuchas y te maravillas. Así mitos, a Andy Warhol, pero me temo que eso ya es imposible, a B 52's, pero son manías de infancia. A David Byrne también. A gente de ahora, The National, porque me parece un grupo muy interesante. Me gustaría hacer una entrevista en persona. El otro día entrevisté a Mark Lanegan por teléfono. Fue estupendo pero si fuese en persona sería mucho mejor.

[pull_quote_left]Lou Reed de este tipo de personas, como Nick Cave, que no quiere que les entrevisten porque piensan que las entrevistas lo que hacen es desgraciar su trabajo[/pull_quote_left]¿Y cuando es por email?

Sí, por email también he hecho. A veces las respuestas son extensas porque responden ellos y no el mánager o la secretaria del mánager.

Pero quizá pierde naturalidad.

Claro, porque no puedes mantener la conversación. Pero cuando contestan motivados está bien. El problema es cuando responden dos líneas, un poco como de compromiso. Sí que es cierto que lo deseable sería entrevistar en persona y algo que diga pueda aportarte alguna idea. Aunque mejor que sea eso que nada.

¿Qué opinas de todo lo relacionado con los grupos nacionales actuales encasillados entre el indie y el mainstream?

En España hay un problema. Últimamente ha estado el tema de actualidad por el libro de Víctor Lenore ('Indies, hipsters y gafapastas. Crónica de una dominación cultural') y las listas de discos de Rockdelux. Este país tiene unas características culturales. Nosotros a veces nos queremos ver reflejados en un entorno que no es el nuestro, que es Inglaterra y Estados Unidos. Ni esto es Nueva York ni es Londres. Esto es España. Hay manifestaciones que nacen de determinados parámetros que son los grupos extranjeros pero que luego tienen unas características que son de aquí: el idioma, la forma de expresarse, una musicalidad... que, además, la gran mayoría de la gente es lo que quiere. Si eso gusta ¿por qué cercenarlo y hundirlo? Me parece muy bien que haya todo tipo de música pero no podemos pretender que Tame Impala le guste a todos, o que un grupo parecido a Tame Impala le guste a todo el mundo en España. Creo que es normal que guste Sidonie, Love of Lesbian, Izal... Es normal que tengan un público mayoritario y puede ser la entrada para que esa gente acabe escuchando a grupos más especializados. Esa manía de que unas cosas tienen que ser de una manera y todo lo demás igual es una tremenda horterada.

Eso puede ser perjudicial.

Sí, hacia nuestra cultura. Somos muy injustos con nuestro legado cultural y tenemos muchos complejos, lo cual hace que nos guste cualquier cosa de fuera que han dicho que está bien a cualquier cosa de aquí. Además, siempre tenemos la pistola cargada para disparar a quien no hace lo que en ese momento nos parece correcto.