Rick Treffers (Mist): El holandés viajante

Rick Treffers, situado en el centro de la imagen, con los músicos que le acompañan en su proyecto Mist.
"Yo soy guiri y no entiendo nada" canta Rick Treffers, probablemente el holandés más mediterráneo del planeta junto a Johan Cruyff, en aquella canción de su proyecto El turista optimista. Un estribillo desmentido rotundamente por la extensa y productiva trayectoria de este gigante de la canción pop, que lo mismo factura un disco de canciones excelsas, 'The loop of love' (2015) con su proyecto Mist y produce música ajena con su estudio profesional (y transportable), que compone bandas sonoras para audiovisuales de todo tipo o hace sus pinitos en la enseñanza con su proyecto Singing in english. Diversas facetas donde da rienda suelta a su amor por la canción, la educación y el arte de "compartir es vivir" a través de los viajes y sus experiencias. Con la excusa de esa vuelta a las canchas de Mist, el proyecto con el que impresionó con su pop atemporal y melancólico desde aquel 'We should have been stars' (2003) y su continuación con 'Bye bye' (2005) y 'Period' (2008), nos ponemos en contacto con Rick, quien se encuentra en plena vorágine de actividad musical tras su aparición en el Deleste Festival y la más reciente presencia en el MUV (Circuito de Música Urbana Valencia) junto a Verónica Largiu (quien forma parte de esa fábrica de jóvenes talentos llamada Berklee College Of Music de Valencia), para que nos cuente, con calma mediterránea, cómo se lo monta un espigado neerlandés en la corte de las naranjas.
[pull_quote_left]Holanda es pequeña y desde que soy compositor he querido salir y enseñar mi música en otros lugares del mundo[/pull_quote_left]

 
Escribió el poeta griego Constantino Kavafis, en su poema 'Itaca' aquello de: "Más no apresures nunca el viaje. Mejor que dure muchos años". ¿Es la experiencia vital fuera de Holanda (y la música) de Rick Treffers un viaje de duración indeterminada?

Veo la vida como un viaje en sí, como muchos de nosotros, y la única meta muy clara es la muerte. Entonces, mejor no llegar muy pronto. Aparte de esto, irse a vivir en otro país y encima siendo músico con un repertorio internacional (Mist), crea una situación que es parecida a ser un holandés errante de verdad. Holanda es pequeña y desde que soy compositor he querido salir y enseñar mi música en otros lugares del mundo, como un trovador, pero también con mi banda. Soy un poco como los holandeses en el Siglo de Oro, que se fueron a las Indias para pillar especias para luego venderlas y forrarse. Lo de forrarse no es mi caso todavía, ni de lejos, pero no hay que perder la fe (ríe). En serio: el hecho de ir sacando discos y creando proyectos nuevos es un viaje muy enriquecedor y no quiero ni puedo parar.  

Tanto en 'We should have been stars' (2003) como en 'Bye bye' (2005) o con este último disco largo, 'The loop of love', son discos compuestos por 14 canciones. ¿Se trata de un homenaje al número 14 que lucía en su camiseta Johan Cruyff? ¿O es que los holandeses tenéis especial querencia por ese número?

Buena observación. Mi número favorito es el 13 pero casi siempre me salen 14 temas en los discos. ¡Mala suerte! Cuando hago un álbum intento que no sea demasiado largo, pero en el caso de 'The loop of love' era imposible quitar uno y acabé con 14 temas en 45 minutos (¡medio partido de fútbol!). Todos los temas tienen que ver entre sí. En 'We should have been stars' pasó igual. De 'Bye bye' tal vez ahora hubiera quitado uno o dos temas, pero bueno, la vida es un aprendizaje constante. A pesar de que mucha gente ya no escucha discos enteros, para mí sigue siendo importante pensar en el orden y la cantidad de canciones en los álbumes que publico.   
[pull_quote_right]La introspección lírica siempre está en mis canciones en inglés y a veces necesito un color que no consigo producir o inventar[/pull_quote_right]

Vuelves como Mist, tras varios años, con 'The loop of love', un disco sobre el amor y el desamor cuya grabación es el resultado de más de un año de duro trabajo y que está construido a base de colaboraciones diversas y con un claro espíritu "viajante". ¿Querías recoger en este álbum esa mezcla de introspección lírica enriquecida con las aportaciones de otros?

La verdad es que no sabía lo que quería. Me salieron canciones de repente y me gustaron bastante. Me puse a trabajar en ellas en mi estudio casero sin pensar demasiado en colaboraciones o bandas. Hablé primero con Ivar y Jeroen, mis amigos de Mist en Holanda. Me dijeron que muy bien, y me han ayudado con algunas cosas, pero aún no tenía claro si iba a ser un disco para luego interpretar con banda. Sólo quería ponerles arreglos bonitos a las canciones para que también molaran después de  que yo hubiera llegado a la meta final. La introspección lírica siempre está en mis canciones en inglés y a veces necesito un color que no consigo producir o inventar, como la voz de Ana Béjar o Josele García, o el ingenio rítmico de Antonio José Iglesias. Todo surgió así sin realmente planificarlo.

El sonido de Mist tiene ese aroma de pop atemporal, al estilo de bandas como The Go-Betweens, cuyas canciones puedes escuchar en cualquier momento sin necesidad de preguntarte en que momento pudieron estar grabadas. ¿Piensas en ello cuando compones tus canciones o es algo que sale inconscientemente?

Pienso en muchas cosas, pero no en el tipo de estilo o sonido que tiene que tener, ni en bandas. Intento crear algo que me gusta, que a mí me gustaría oír si descubriese música nueva. Empiezo a trabajar y van saliendo sonidos, armonías, ritmos… Es una forma de componer bastante intuitiva. Además, no soy capaz de copiar estilos. Nunca me acuerdo de los acordes de las versiones y no comparo tanto. Soy bastante naïf en eso. Es la parte buena de ser autodidacta enfocado en mí mismo (ríe). Dos artistas a los que he escuchado un montón antes de componer este disco han sido Loney Dear y The Innocence Mission. Puede ser que inconscientemente esto se note, no lo sé. Es algo que dejo para que lo investiguen los periodistas.
[pull_quote_left]No soy capaz de copiar estilos[/pull_quote_left]

Las canciones de 'The loop of love' versan, en su mayoría, sobre el amor y sus consecuencias, tanto dulces como agrias. Pero también hay lugar para otras experiencias y reflexiones. ¿Cuál fue la razón para que le pusieras este título al álbum?

Me gustan los juegos de palabras y con el loop me refiero a un tipo de bucle que consiste en que una vez te hayas decidido poner punto y final a una relación que ya se ha acabado desde hace un tiempo, el día siguiente puede pasar algo que te hace querer volver a ella. Las canciones entre sí reflejan esta situación y simbolizan las dudas que uno puede tener sobre si seguir sólo, trabajar en la paz interior y mirar adelante o volver a la relación interior y seguir viviendo en sueños y amor ya consumido. Todos estos sentimientos se pueden encontrar en los temas del disco.

Introduces pequeños barnices electrónicos que subrayan la calidez de los arreglos. ¿Es como una brisa mediterránea para las canciones de Mist?

No sé que tiene que ver el Mediterráneo con algo electrónico, pero es verdad que el disco tiene una calidez en la forma de producir y masterizar. Esta vez me he enfocado más en mi voz como eje central que en otros discos. Los arreglos y capas sutiles de electrónica siempre han existido dentro de Mist, no creo que ahora hay más que antes. He dedicado muchísimas horas a todos estos detalles y me alegro de que seas capaz de detectar estos barnices. La brisa de que hablas igual es porque hay temas que suenan bastante ligeros y casi alegres para ser Mist. Puede ser que la luz de Valencia y el Mediterráneo lo han provocado, puede ser que estoy madurando también y la melancolía está cogiendo otra forma.
 [pull_quote_right]Las canciones simbolizan las dudas que uno puede tener sobre si seguir sólo, trabajar en la paz interior y mirar adelante o volver a la relación interior y seguir viviendo en sueños y amor ya consumido [/pull_quote_right]
Gilbertástico nos adelantaba hace ya algún tiempo que iba a formar parte de la "superbanda" que iba a representar el nuevo disco de Mist en directo, junto con gente como Remi Carreres, Sergio Devece, Marta Domingo o Javi 'Galope'. Según las crónicas, parece que la cosa fluye en vuestros conciertos, ¿no?

Sí, estoy muy contento con ellos y con el proceso. Javi y Sergio ya tenían discos de Mist en casa antes de que yo llegara a España en 2011. Es muy bueno esto. Remi y Gilberto también tienen muy buen gusto con las canciones y me pone muy feliz que les hayan gustado las de Mist. Da gusto para trabajar y crea complicidad. Además, entendemos todos que Mist no sólo es tocar canciones de Rick Treffers, sino (re)crear un ambiente, un sonido, y casi una filosofía. En esto estamos trabajando con mucha atención y concentración y estamos aprendiendo todos y pasándolo bien de paso. Y a veces se suma Marta en las voces y en el violín y subimos al cielo.

Parece que Valencia se mueve, la cantidad de público que va a conciertos en esta ciudad sigue sin ser la idónea, pero iniciativas como el Deleste, festival en el que tocaste con banda hace poco o el MUV (Circuito de Música Urbana Valencia), donde también acabas de participar, son un síntoma de que el arte en esta ciudad vuelve a estar en la calle. ¿Qué consideras que tendría que pasar para alcanzar el punto ideal?

La gente que organiza conciertos y festivales en Valencia puede estar orgullosa de la gran calidad y variedad musical que hay en esta ciudad. Con una actitud de confianza, orgullo positivo y apoyando dar a conocer los buenos artistas se va creando una situación sana y esto también se reflejará fuera de las fronteras de la Comunidad Valenciana. Porque se suelen oír quejas que para artistas valencianos es difícil salir de Valencia y hacerse conocido en otros lugares. Así que necesitan todo el apoyo de la gente aquí que tiene el "poder". Y, en mi opinión, hay que pasar de la gente dentro de la escena que suele quejarse, hablar mal de los demás, sea envidiosa o negativa. Tenemos que apoyarnos mutuamente, hacer buena música, encontrar el público y ser abiertos, transparentes y positivos en todos los sentidos. Fuera, el amiguismo y enchufismo, diría yo, es contraproducente. El gobierno ha cambiado, que cambie la actitud en general en todos los terrenos. Y creo que esto ya está pasando poco a poco. Quiero ser “optiMISTa” (ríe).
[pull_quote_left]Hay que pasar de la gente dentro de la escena que suele quejarse, hablar mal de los demás, ser envidioso o negativo[/pull_quote_left]

Hay un músico holandés por el que tenemos especial devoción en Town Feeling, Jacco Gardner. Hace relativamente poco estuvo tocando con su banda y evidenció, además de la calidad en sus composiciones, una profesionalidad y unas tablas inusuales en músicos tan jóvenes de otras latitudes. ¿Esa prodigiosa base musical que atesoraban estos muchachos holandeses tiene algún tipo de relación con el sistema educativo de tu país? ¿Crees que es fundamental una buena formación musical en la escuela para que, por ejemplo en Valencia, donde muchos llevan un artista dentro, los jóvenes con talento saquen a relucir sus mejores galas?

Jacco es un gran talento, pero el sistema educativo no tiene tanto que ver creo. No soy tan fan de las academias de música rock (hay muchas en Holanda), pero tampoco estoy en contra. Cada músico es distinto. Si un artista tiene muchas tablas aprendidas en el conservatorio o en una escuela de música y además sabe transmitir música de una forma personal es fantástico (un buen ejemplo es Gilbertástico). Pero si un autodidacta sabe llegar a lo mismo, también. Todo depende del carácter del músico. Tener tablas creo que es importante, porque un músico tiene que desarrollarse. Por otro lado, se pueden aprender muchas cosas en una escuela, pero el "duende" y la "firma" personal no. Para los músicos en Valencia sería importante que tengan la posibilidad de probar muchas cosas, de montar una banda, de tocar juntos con otros músicos, de salir a tocar. Cuanta más actividad (y buena organización) mejor. Estaría bien también que haya más mezcla entre todos los músicos y "escenas" musicales: los de las bandas valencianas, los indies, los hipsters, los del jazz, otras escenas y los músicos de las escuelas, entre otras la Berklee College of Music donde hay casi sólo extranjeros estudiando.
[pull_quote_right]Se pueden aprender muchas cosas en una escuela, pero el "duende" y la "firma" personal no[/pull_quote_right]

Las canciones de Mist oscilan entre la euforia contenida y la melancolía, pero siempre con cierto poso esperanzador. De hecho 'The loop of love' cierra la puerta con 'Happy man'. El talante de El turista optimista siempre estará ahí, ¿no?

En el disco de El turista optimista hay bastante "na na na" pegadiza y alegre y en 'Happy man' también. Así que, sí, hay un vínculo (ríe). Al fin y al cabo hay una sola persona detrás de todo esto, aunque Mist y El turista optimista son proyectos totalmente distintos. Esta persona es un viajero que no para. Uno que observa y analiza mucho, que se lo pasa bien y mal y que intenta escuchar a su corazón.